martes, 14 de febrero de 2017

La estrella KIC 8462852

Un estudio publicado el 5 de agosto por el astrónomo de Caltech Ben Montet, y por Joshua Simon, del Instituto Carnegie, ha revelado que el comportamiento de la estrella KIC 8462852, que se encuentra a 1.480 años luz de nosotros, es mucho más anómalo de lo que trascendió al público en octubre pasado, cuando se especuló con la posibilidad de que podrían existir mega-estructuras alienígenas orbitándola.

Las mediciones del observatorio espacial Kepler, identificaron a finales del año pasado a una pequeña estrella cuyas variaciones en brillo no seguían un patrón conocido. La misión de Kepler es el descubrimiento de planetas extrasolares orbitando a otras estrellas, por medio del análisis de las variaciones en su brillo durante el momento en el que el planeta pasa entre su estrella y nosotros.

El siguiente esquema muestra cómo se observa esta variación en el brillo dependiendo de la manera en la que el planeta pasa por delante de la estrella.Si alguien estuviese observándonos desde otro planeta, con un observatorio similar a Kepler, percibiría una variación de la luminosidad de nuestro sol de solo un 1% en el mejor de los casos por un tránsito de Júpiter. Pues bien, las observaciones realizadas por Kepler percibieron una pérdida de luminosidad de la estrella del 22% en 2011 y 2013. Si se tratase de un planeta tendría que ser enorme. Desgraciadamente, en 2015, fecha en la que tendría que haberse registrado un nuevo tránsito de este monstruo, si realmente existiese, un problema con la nave impidió que se pudiese registrar.


El observatorio ha presentado varios fallos en sus volantes de reacción. Estos dispositivos son unas ruedas que se mantienen girando en el interior de la nave, por medio de un motor eléctrico. La nave puede así, por conservación del momento angular, girar para compensar los cambios de posición cuando apuntan hacia una estrella. Se trata de piezas mecánicas que más tarde o más temprano fallan. En cualquier caso, la nave estará atenta el año que viene para comprobar si un nuevo tránsito similar a los de 2011 y 2013 se produce.

Pero no solamente es sorprendente esta pérdida de luminosidad de más del 20%. Kepler, durante un periodo de 4 años observó en KIC 8462852 unas pérdidas de luminosidad erráticas, sin seguir ningún patrón temporal que indicase la presencia de uno o varios planetas.

En el nuevo estudio, que todavía no ha sido revisado por pares, Montet y Simon volvieron a analizar los datos de Kepler confirmando lo extraordinariamente único que está ocurriendo en esa estrella. Según estos científicos, la luminosidad de KIC 8462852 ha ido cayendo paulatinamente, de manera casi lineal, durante los primeros 1.000 días. Después, el brillo disminuyó de manera mucho mas drástica durante los siguientes 200, antes de volver a una nueva caída paulatina como la anterior. Y lo que más sorprendió fue la caída súbita en varias ocasiones, hasta llegar a niveles de un 22%.

Por supuesto, algo tan extraño y que está abierto a la especulación incluso por los propios científicos, no pasa desapercibido a los ojos de los amigos de la fantasía, que apuestan por teorías poco probables como que las variaciones de luminosidad se deben a la presencia de una una esfera de Dyson. Uno de los conceptos más fascinantes de la física y la ciencia ficción.

 Teorías 
 
Las primeras teorías que asociaban el fenómeno a un origen extraterrestre no tardaron en aparecer, por supuesto, pero dos comprobaciones independendientes buscando haces de láser y señales de radio han dado las dos negativo. Algunos especularon con una esfera de Dyson. Esta estructura fue propuesta por primera vez por el escritor de ciencia ficción Olaf Stapledon, en su novela “Hacedor de estrellas”, y posteriormente popularizada por el físico Freeman Dyson. Según éste último, las necesidades energéticas de civilizaciones super-desarrolladas llegarían hasta unos umbrales que hoy se nos hacen inimaginables, al igual que el consumo energético que necesitamos hoy era inimaginable hace 1.000 años. Ello obligaría a capturar al máximo la energía liberada por el sol, creando super-estructuras alrededor de la estrella para conseguirlo.

Aunque es una hipótesis de ciencia-ficción, muchos físicos se han planteado en serio la idea y han debatido sobre las características técnicas que tendría que tener semejante ingenio. Hasta se han llevado a cabo estudios astronómicos en busca del rastro de infrarrojos que dejaría un objeto estelar así. Si hacemos caso a lo que han calculado los físicos Ibrahim Semiz y Salim Ogu, de la Universidad de Bebek, en Estambul, si las esferas de Dyson existen podrían ser casi indetectables por el momento.

La comunidad científica ya ha advertido que, esferas de Dyson aparte, el hecho de que la fluctuación se deba a vida alienígena es muy, muy, muy improbable.

La segunda teoría, más plausible y que atribuía el fenómeno a cometas, también está empezando a tambalearse dejando a los astrónomos todavía más perplejos que cuando descubrieron por primera vez las anomalías de KIC 8462852. Lo más importante es que analizando fotografías estelares en un periodo de más de un siglo (las primeras remontan al s. XIX), Bradley Schaefer de la Universidad de Louisiana ha comprobado que el brillo total de KIC 8462852 ha decaído en un 19% algo que es “completamente sin precedentes para este tipo de estrellas”

¿Qué sucede, entonces, exactamente? No lo sabemos, pero los científicos si tienen claro el siguiente paso: hacen falta más datos. Con ellos probablemente podamos descartar cualquier teoría loca (ahora mismo están todas sobre la mesa) y averiguar por fin qué ocurre con sus misteriosas fluctuaciones de brillo. Hasta entonces, la verdad está ahí afuera.
 
Crowdfunding para seguir investigando

Por lo general, casos aparentemente inexplicables como este suelen llevarnos a realizar nuevos descubrimientos que nos ayudan a entender un poco mejor cómo funciona el universo. Por eso, Tabby Boyajianm el descubridor del fenómeno y la razón por la que a la estrella se la conoce como Tabby, lanzó una campaña de Kickstarter para poder seguir investigando.

Con ella consiguió recaudar 107.421 dólares con los que poder cubrir los gastos de un año de observación desde el observatorio Las Cumbres. Boyajianm espera que este año sea suficiente para resolver los misterios alrededor de esta estrella situada a 1.480 años luz de nuestro planeta, habrá que esperar para ver si lo consigue.