miércoles, 2 de julio de 2014

Alrededor de 1930 un evento puso sobre los reflectores esta vieja leyenda: una joven estadounidense encontró en Barrancas del Cobre, Chihuahua, un par de esqueletos enterrados en una mina, los desenterró y decidió llevarlos a su casa de campaña; esa misma noche un viento fuerte se llevó los esqueletos, dejando sólo los cráneos, uno de ellos (el cráneo más pequeño que posiblemente fuera de un niño) mostraba una especie de malformación. La joven se llevó ambos cráneos a su casa donde permanecieron hasta su muerte.

Esta historia podría haber pasado desapercibida; sin embargo, la peculiaridad de los cráneos pronto comenzó a llamar la atención. A la muerte de la chica los cráneos pasaron a propiedad del matrimonio Young, quienes inmediatamente se dieron
Barrancas del Cobre, Chihuahua
cuenta que la extraña forma del cráneo más pequeño no se debía a ningún tipo de malformación conocido por la Sra. Young, quien era enfermera en cuidados neonatales y, por tanto, podría dar alguna opinión sobre el asunto.

Como les resultó imposible proporcionar algún tipo de explicación sobre este peculiar cráneo, decidieron entregar ambos cráneos a los científicos para que ellos se encargaran de examinarlo.

Barrancas del Cobre, Chihuahua
Entre los investigadores que por primera vez estudiaron el cráneo, que más tarde fue conocido como el cráneo del niño de las estrellas (Starchild Skull en inglés), se encontraban expertos en química, neurociencia y craneofisiología; después de un riguroso análisis se determinó que el cráneo más grande pertenecía a una mujer que murió entre los 20 y 30 años; por su parte, el cráneo del pequeño tenía una antigüedad de aproximadamente 900 años y que había una gran probabilidad (90%) de que se tratara del cráneo de un ser híbrido de aproximadamente 5 años, es decir, un niño mezcla de un humano y una raza hasta ahora desconocida. Lloyd Pye, responsable del proyecto, mencionó en ese momento que de confirmarse esta teoría, sería la primer prueba contundente de la existencia de seres extraterrestres viviendo en el planeta Tierra.

El proyecto del Niño de las estrellas

cráneo del niño de las estrellas
El director del equipo de investigadores, Lloyd Pye, afirma que, la existencia de seres extraterrestres en nuestro planeta podría quedar demostrada gracias a éste descubrimiento.

Los científicos explican que en las imágenes se puede obtener la siguiente información: Uno es totalmente normal y pertenece a una mujer joven, de entre 20 y 30 años, en cambio, el otro (el cráneo del Niño de las estrellas) se le atribuyó a un niño de cinco años, muestra una serie de alteraciones que no parecen propias de un ser humano. En el 2003 se le realizaron pruebas de ADN y los resultados fueron que los dos cráneos no estan relacionados genéticamente; también resultó desconocido el gen del padre.
 
Lloyd Pye
Su morfología es muy extraña, con abultamiento a cada lado de los ojos y con la parte posterior alargada y aplastada. Además, las cuencas oculares son muy superficiales, por lo que se supone que la criatura carecía de movilidad en los ojos. Por otra parte, el denominado foramen magnum, el agujero que se encuentra en la base del cráneo y que lo une a la columna vertical, se encuentra adelantado, casi en el centro de la base.

 

Que dicen los cientificos de todo esto

Aunque Lloyd Pye cita a doctores que afirman que la malformación no puede deberse a una patología, él ignora restos óseos similares que son la evidencia de una hidrocefalia, una enfermedad en la que el cráneo se llena de líquido que en edades tempranas en las que la estructura ósea del cráneo no está constituida, deforma la cabeza proporcionándola una dimensión desproporcionada. Otra posibilidad sería que el niño padeciese progeria, una enfermedad en la que se sufre de un envejecimiento prematuro. Ambas enfermedades podrían haberle causado la muerte a esa temprana edad.

La leyenda del niño de las estrellas

En cuanto al origen híbrido de este niño, los indígenas que habitan la zona, donde se encontraron los cráneos, cuentan una antigua leyenda sobre los niños de las estrellas. Según estos relatos, que se remontan como mínimo a dos siglos atrás, unos seres procedentes de las estrellas dejaron embarazadas a varias mujeres que vivían en las aldeas más aisladas de la región. Después de dar a luz a estos niños de las estrellas los criaban durante varios años, hasta que sus padres regresaban del cielo para llevárselos. Debido a la relación con estos relatos se ha reforzado en algunos grupos la creencia de su origen extraterrestre.