jueves, 6 de marzo de 2014

El Arca de la Alianza

En cada extremo se alzaban dos querubines. Las alas de aquellos seres mágicos se tocaban para formar el trono de Dios. En el interior del Arca se guardaban las dos tablas de piedra con los diez mandamientos mosaicos (escritos por el dedo de dios), el maná en un jarrón de oro, la vara florecida de Aarón y un libro de la ley.  El Arca de la Alianza simbolizaba la presencia de Dios. Poseía también el carácter de talismán en la batalla, como en la conquista de Jericó. Era muy potente y debía ser envuelta en velos antes que la levantaran. Sólo el sumo sacerdote podía acercarse al Arca misteriosa y resplandeciente, y únicamente una vez al año, en el día de la expiación. Era tan sagrada el Arca que el sólo tocarla ocasionaba la muerte inmediata. Luego de que los hebreos se establecieron en Canán, el arca permaneció en el tabernáculo en Silio. Luego estuvo en el Templo de Salomón. Y luego...desapareció.
 
Traspasando la pesada cortina de hilo azul, estampada con figuras de querubines de oro, penetramos en el lugar más recóndito y santo del templo de los israelitas: el sanctasanctórum. Este era un compartimiento de forma cúbica, cuyas medidas significaban perfección y simetría a grado superlativo. Como tipo del cielo, morada de Yahvé, compartía el simbolismo de "centro". En el corazón del recinto se hallaba el artefacto más sagrado, la incontemplable y resplandeciente Arca de la Alianza.

¿Existió realmente el Arca en tiempos bíblicos? ¿Que extrañas circunstancias rodearon a su desaparición? ¿Que piensa la arqueología en estos últimos tiempos? y ¿Cuál es el simbolismo que encierra?

En épocas antiguas, era costumbre entre los seminómadas que vagaban por la creciente fértil, conservar dentro de ataudes o arcones documentos importantes para la comunidad; ya sean títulos de propiedades o ídolos familiares conocidos como "terafines". Existen referencias, que otros pueblos como los fenicios, arameos, acadios, árabes y egipcios usaran estas arcas con fines domésticos o comunitarios.

La originalidad del arca de los hebreos, radicaba en que contenía evidencia de los hechos de redención de Dios. Era un memorial que hacía de archivo sagrado para la conservación de artículos que servían de recordatorio o testimonio (Los diez mandamientos). Esto la convertía en un artefacto religioso, ya que era un emblema del culto primitivo; un símbolo de la soberanía y de la presencia divina.

Su modelo y estructura
 
Según el libro de Exodo, Moisés mandó construir el Arca por orden expresa de Dios, quien le dio el diseño por revelación divina. Lamentablemente, hasta el momento, no tenemos ningún grabado ni bajorrelieve de tiempos antiguos que nos la muestre gráficamente. De todos modos, la descripción bíblica es lo bastante elocuente como para tener un conocimiento claro de la conformación de éste artefacto sagrado.

Esta fuente, nos habla del Arca como un cofre de madera de acacia de forma rectangular. Estaba revestido con láminas de oro puro por dentro y por fuera, con dos aros a ambos lados. Estos servían para su transportación, por medio de preciosos varales labrados, para que ningún hombre pudiera siguiera tocarla.

El propiciatorio o plancha superior, funcionaba como tapa para sellar la caja, siendo su pieza principal. Realizada totalmente de oro puro y macizo. Este metal precioso fue usado como símbolo de incorruptibilidad. Tenía además, un artístico borde del mismo material en forma de guirnalda.


Sobre la cubierta, Dios mandó que se labraran a martillo la figura de dos querubines (Heb. KLHUVIN). Estos estaban arrodillados con los rostros vueltos hacia la tierra (Heb.Kara, que significa "arrodillarse, inclinarse") . Sus alas estaban extendidas, una en dirección a la otra. Tal vez su nombre se derive de la misma raíz de inclinarse penitentemente ante la mismísima presencia de Dios,"aquel que nadie puede siquiera verlo y sin embargo seguir viviendo" (Exodo 33:20).

El enigma de los querubines de oro

Con relación a estas misteriosas figuras, algunos biblistas relacionan el término KERUVIN con la palabra acadia "KARIBU"; que según la iconografía oriental eran genios de figura semihumana o semianimal que velaban a las puertas de los palacios.

Es cierto que los asirios hacían representaciones de criaturas aladas, especialmente de toros o leones. Las encontramos entre los egipcios y también entre los hititas. El trono del rey de Hirán en Biblos estaba soportado por dos criaturas de rostro humano, cuerpo de león y grandes alas. Pero en realidad, nada se sabe del formato de los Querubines tallados en el propiciatorio. El historiador Josefo nos dice:

    "...y tenía dos figuras que los hebreos llamaban Querubines; y que son criaturas aladas, pero en su forma nada parecida a ninguno de los seres contemplados por los hombres, y que Moisés asegura haber visto en el trono de Dios".

Esta mención ambigüa, nos muestra que las ideas que estaban en boga en el primer siglo y en la época talmúdica se hallaban bastante divididas. La confusión parte lógicamente, porque ninguno de los judíos de la era post- exílica y cristiana habían visto los utensilios originales, ni del Tabernáculo mosaico, ni del edificio salomónico. Además las tradiciones del Antiguo Testamento nos silencian muchos de los detalles que hoy intentamos reconstruir.

Después que los judíos regresaron del cautiverio en Babilonia, levantaron un segundo templo bajo el mando del gobernador Zorobabel. Para entonces el Arca ya no estaba. Parte del mobiliario fue repuesto, fueron modelados nuevos candelabros de siete brazos, conocidos como los Menorah. Según el profeta Zacarías simbolizaban "los siete ojos de Dios"(Zac 4:10). La opinión de Josefo y de Filón, era que representaban los siete días de la creación; parecer que se trasladó a los autores midrásticos (Siglos I-II).

Arco de Tito
Uno de ellos, aparece grabado en la parte superior del Arco de Tito, que conmemora la destrucción de Jerusalén en el año 70 EC. Al pie del Menorah, se puede hacer una observación interesante. Allí se estampan dos figuras híbridas enfrentadas, parecen que son leviatanes o serpientes mitológicas hebreas. Según se pensaba eran mensajeros de Dios, cuya efigie coronaban el Arca de la Alianza.

Otra tradición talmúdica, cuenta que se prohibió las representaciones de dicha iconografía por considerarlas idolátricas. Si bien, no se puede llegar a una conclusión definitiva, lo más probable es que hayan sido  figuras de aspecto humano. La excesiva tendencia al antropomorfismo que caracterizó al culto temprano de Yahvé, nos hace realmente dudar que los querubines de la cubierta se muestren como figuras grotescas hechas a imitación de monstruosas imágenes aladas de otras naciones. Sumado a esto, la creciente necesidad de dicha etnia de mostrar una marcada diferencia con la religión de sus contemporáneos.


Hay quien ha visto en los querubines una manifestación totémica, evocando las costumbres semitas de guardar los ídolos domésticos o máscaras cúlticas en las arcas familiares. Sin embargo, no hay evidencia de ello, ya que el Decálogo, que el Arca misma guardaba, prohibía expresamente cualquier representación física de Yahvé (Ex 20:4). Además, no estaban expuestas a los ojos del pueblo. Por lo tanto, no parece verosímil que hayan sido utilizadas con ese propósito.

El arca como centro de la Teofanías de Yahve

Desde los más antiguos documentos del Pentateuco, hasta la extensa literatura judaica de los primeros siglos; siempre se le atribuyó carácter sagrado conmemorativo a las sitios donde Dios se manifestó. Esto se conoce como teofanía. Dichas fuentes nos hablan que, cerca de las colinas de Judá, en un lugar llamado Betel, el patriarca Jacob soñó con una escalera que llegaba a los cielos. Multitudes de ángeles transitaban por ella. Por la mañana, Jacob levantó un altar de piedra como monumento de que allí se le apareció Dios.


El templo de Salomon
Según el Midras, el patriarca pintó la piedra con  polvo y Dios la hundió tan profundamente en la tierra que llego a ser el omb1igo del mundo. El mismo relato cuenta que ésta fue el fundamento del posterior templo de Salomón (14).

Bet-El (Heb.Casa de Dios), ya había sido un santuario cananeo mucho antes de la época patriarcal. Pero esta roca no era una "asera" o símbolo fálico, propio de la actividad ritual a los Baales, sino que, los hebreos consideraron estos sitios como testimonio de la epifanía divina.

En Sinaí, luego que Dios le entregara el Decálogo a Moisés, se efectuó "El ritual de la Alianza". Este fue el paso previo a la construcción del Tabernáculo y que los objetos sagrados, entre ellos el Arca.
Una vez que la ley fue puesta por escrito y leída, el pueblo replicó al unísono: "Todo lo que Jehová ha hablado estamos dispuestos á hacerlo" (Ex 24:3—8)

A partir de allí entra en vigor la Alianza. Ahora su sociedad se manifestaba en ella, esta se mantendría mientras fueran cumplidas todas las estipulaciones divinas. En otras palabras, Israel aceptó el dominio de su Dios-Rey. Acto seguido se levantó un santuario provisorio, con un altar central y doce columnas simbólicas, representando cada una de las tribus de Israel. Dicha piedra, cumplía el papel que luego pasó a desempeñar el Arca, ya que sobre ella se derramó la sangre de un sacrificio expiatorio.

Cuando el cofre de Dios llegó a construirse, un mes después, la ley fue colocada en sus entrañas. Constituyó un símbolo oficial de su gobernación visible y guardiana del estatuto divino. Jehová no estaba un el Arca, su teofanía se trasladó desde la cumbre del Sinai hasta posarse en forma de nube sobre ella. A este fenómeno numinoso se lo conoció como el "SHEKINAH". Luz celestial que brillaba sobre las imágenes querúbicas penitentes, como si el mismo dios estuviera montado sobre ellos; siendo el escabel de su trono. Las apariciones parciales que experimentaron los patriarcas fueron reemplazadas por ese portento constante, destello que acompañó al pueblo durante su travesía en el desierto. De día como columna serpenteante de humo y de noche como estela llameante.

Un artefacto codiciado por los alemanes

En vísperas de la II Guerra Mundia, los alemanes emprendieron la búsqueda de Arca. Para elLo realizaron diversas expediciones arqueológicas en Oriente Medio. La idea de Hitler, era valerse de ella como un artefacto mágico, un amuleto para obtener poderes paranormales.

Lo cierto es que no era un talismán, su sola presencia no garantizaba la obtención de los resultados pretendidos. El siguiente ejemplo del libro bíblico de Josué lo expone. Después que el poder de Dios emanado mediante el arca derribó los muros de Jericó, su próximo objetivo militar fue la ciudad de Hai. Para su sorpresa, ahora sufrieron una aplastante derrota.


Con relación a Jericó, Jehová prohibió tomar botín. Sin embargo, un soldado de Israel robó parte del despojo y lo escondió bajo su tienda. Sólo cuando el ladrón fue descubierto y ejecutado, recién ahí, el ejército pudo reducir al próximo emplazamiento.

Filisteos robando el arca
En otra oportunidad, el Arca fue capturada por los filisteos durante un enfrentamiento. Este pueblo tenía por costumbre sacar los ídolos al campo de batalla. Por lo tanto el Arca, para ellos, sería algo más que un trofeo, hablamos de una especie de talismán que por el solo hecho de poseerla les daría mágicamente la victoria.

Los filisteos la depositaron en el templo de Dagón, divinidad mitad hombre y mitad pez. Cada mañana cuando los sacerdotes entraban al recinto, encontraban al icono del dios caído boca abajo; como inclinado delante de aquel símbolo del trono de Dios.

Según Josefo, los secuestradores fueron plagados con todo tipo de pestes y la gente moría de disentería. Tal fue el terror, que decidieron devolverla de inmediato. Según la ley mosaica, sólo el Sumo Sacerdote podía mirar el Arca, y solamente levitas designados podían transportarla. Cuando los israelitas fueron a recuperarla esto no se tuvo en cuenta. Fue entonces, que la incontemplable Arca de Dios, emitiendo un tremendo poder sobrenatural, fulminó un buen número de ellos.

Dagon
El poder que emanaba de ella no provenía de esotéricas fuerzas sino de Dios y este sólo actuaba a favor de los que obedecían su ley. La historia bíblica nos relata que luego de estos acontecimientos, reposó en el Templo de Salomón hasta su posterior desaparición.
 
Desde el punto de vista de la Arqueologia

El destino del Arca de la Alianza, representa uno de los grandes misterios de la historia y la arqueología. Nadie sabe cuándo, ni en qué circunstancias desapareció.

La ultima referencia que dan las fuentes bíblicas nos llevan al año 642 aC., durante el reinado de Josías de Judá. Ni en los anales testamentarios, ni en los registros de Nabucodonosor II, existe mención alguna que haya sido llevada a Babilonia después de la destrucción de Jerusalén.

Nabucodonosor II
Tampoco que haya sido traída del exilio y colocada en el segundo templo o reemplazada por otra. Entonces, ¿qué pasó con el Arca? Examinemos algunas de las tantas respuestas que ha intentado darnos la ciencia. Por mucho tiempo se pensó que el faraón Sisaq (conocido en los textos egipcios como Sesonq 1 y fundador de la dinastía libia) era una posible respuesta. En el año 18 a C, invadió Judá con una poderosa fuerza militar, capturó varias ciudades fortificadas y luego dirigió su atención hacia Jerusalén.

El registro de 2 Crónicas 12:1-12, dice que Sisaq despojó a la ciudad santa de sus tesoros, lo que supone que profanó el Templo. Esto ha llevado a los investigadores a pensar que el Arca fue trasladada a lo que fue la antigua Libia, donde actualmente se encontraría sepultada. Pero dicha suposición desconoce un elemento fundamental, que existe una mención de ella trescientos años después en 2 Cro 34:8-35:19. Ahora si Sisaq penetró en el templo, ¿por qué no capturo el cofre? ¿Acaso había sido escondida en algún cuarto secreto?

la Mezquita de Al-Aqsa
Esta es la posibilidad que actualmente se está considerando, que esté enterrada bajo el monte Moría. Lamentablemente las excavaciones en el lugar son prácticamente imposibles, debido a que allí se levanta un lugar sagrado para los musulmanes, la cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa, construida a principios del siglo VII eC.

Otro lugar donde se dice que es posible que esté el Arca es en Etiopía. En la antiguedad funcionaba el gran reino de Meroe. La línea real sólo era por vía materna y data del siglo VII aC., pero según la leyenda, el fundador de esa dinastía fue el mítico hijo de Salomón y la reina de Saba. De ahí que la fe de muchos atestigue que Etiopía es el actual depositario del cofre sagrado, auque sus antiguos habitantes no adoraban a Yahvé, sino a Amon e Isis.

Pero más allá de estas especulaciones, una cosa es cierta, el Arca sigue perdida y las causas todavía son un misterio.