martes, 7 de noviembre de 2017

Melificación

Bencao Gangmu
El Bencao Gangmu, también conocido como Compendio de Materia Médica, es el tratado de medicina china escrito por Li Shizhen durante la Dinastía Ming. Es la obra más característica de la medicina de ese periodo.

El Bencao Gangmu se considera el libro médico más completo y exhaustivo de toda la historia de la medicina china tradicional. Contiene todas las plantas, animales, minerales y objetos que supuestamente tenían propiedades medicinales.Ha sido traducido a más de 20 lenguas y publicado en todo el mundo. Incluso hoy día es utilizado como libro de referencia.

En él trata de múltiples facetas, desde la herboristería a la farmacología, pasando por técnicas sanatorias, enfermedades, animales, minerales, conceptos filosóficos e ilustraciones diversas. Li Shizen empleó veintisiete años en terminarlo y, de hecho, no llegó a verlo publicado.

Li Shizen
De esa obra se conservan cinco ejemplares originales, lo que nos permite saber que el autor recopilaba paladas de cal junto a otras de arena; así, identificó los cálculos biliares, sabía tomar el pulso, aplicaba hielo para bajar la fiebre y usaba vapor para intentar desinfectar ambientes, pero también creía que el plomo no era tóxico, por ejemplo.

En cualquier caso, lo importante para lo que nos ocupa es que el Bencao gangmu, en un capítulo dedicado a las momias, registra el dato de que en Arabia se empleaba la técnica de la melificación.

Melificación humana

La fuente de información de Li Shizen no era de primera mano, así que él mismo admitía no saber si la historia era cierta o no pero que la reseñaba para que los sabios decidieran. Y es que citaba una referencia de otra obra china, el Chogeng Lu (algo así como Habla mientras el arado descansa), del erudito Yuan Tao Zongyi (también conocido como Tao Jiucheng). Este autor, dos siglos anterior, narraba que algunos ancianos árabes cercanos a la muerte aceptaban someterse a ese tratamiento para ser útiles tras su fallecimiento.

No era para curarse, pues. Lo verdaderamente curioso está en que el sujeto debía empezar el proceso antes de morir, abandonando la comida normal para alimentarse exclusivamente de miel y bañándose también en ella a diario. Con ello se conseguiría que el paciente asimilara el producto tan intensamente que al cabo de un tiempo su sudor e incluso sus heces serían miel, básicamente. Llegaría entonces el óbito, bien por las deficiencias nutricionales, bien por la edad, y se pasaría a una segunda fase.

Bencao Gangmu
En ésta, el cadáver se metería en un sarcófago lleno de miel, con la fecha debidamente consignada, donde permanecería aproximadamente un siglo. Los restos humanos consecuentes de la putrefacción se mezclarían con la miel formando una sustancia que al cabo de ese tiempo y previo filtrado, constituiría el ingrediente principal de un poderoso fármaco capaz de curar heridas, fracturas y otras dolencias traumáticas con una dosis muy pequeña. Por lógica, dada la dificultad y complejidad del proceso, no se trataba de un medicamento barato.

¿Qué credibilidad histórica tiene la melificación? 
 
Entierro de Alejando Magno
Pues, sorprendentemente, los historiadores especializados afirman que existió: los asirios practicaban la melificación y el cadáver de Alejandro Magno fue recubierto de miel para preservarlo mientras se le trasladaba hasta su lugar de enterramiento; también han aparecido cuerpos así en el Cáucaso y en los monasterios birmanos. No obstante se trataba de un mero proceso de conservación, igual que en otros lugares se usaba la técnica de la momificación.

Quizá esa tradición se combinó con una aportación farmacológica árabe hoy perdida pero en ninguna fuente documental consta el empleo de cadáveres en ese campo, aunque sí el aprovechamiento de ellos o de alguna de sus partes en otros tiempos: por ejemplo, en la Antigua Roma se creía que la sangre de los gladiadores era buena contra la epilepsia y los conquistadores españoles (y los soldados de la época en general) solían usar grasa humana para restañar sus heridas, así como el polvo de momia (o sea, momias pulverizadas) se usó hasta finales de la Edad Moderna como medicamento y fertilizante, creando un auténtico tráfico de este producto hacia Inglaterra un siglo más tarde.