viernes, 31 de octubre de 2014

Las primeras notas de esta canción se remontan al año 1933 cuando es compuesta, según algunos, en un melancólico domingo parisino por el compositor y músico húngaro Rezso Seress junto al poeta también húngaro Laszlo Javor. El primero se ocupó de la música y el segundo de la letra, consiguiendo entre ambos un tema gris y deprimente quizás inspirado en la inminente tragedia que se comenzaba a respirar en su patria. El tema se tituló “Szomorú Vasárnap“.

Las malas lenguas cuentan que Laszlo Javor escribió la letra en recuerdo de su novia, que dejó escrito “triste domingo” en una nota como única despedida antes de pasar a mejor vida de forma voluntaria, aunque este dato es más que dudoso, como muchos otros que rondan a la canción en los inicios de su supuesta maldición. Y no es por incredulidad, sino por la falta de documentos que prueben que realmente el escuchar esta canción fue el detonante de un buen número de suicidios en Hungría antes de que fuera prohibida por las autoridades, porque, según dicen, unas diecisiete personas se quitaron la vida tras escuchar la canción, hicieron referencias al tema en sus últimas notas, o fueron encontradas con la letra del tema entre sus manos…

No fueron estas malas referencias para que el tema viajara hasta Estados Unidos y se convirtiera en todo un éxito, algo un tanto sospechoso que quizás indique que el marketing esté detrás de esta leyenda urbana. La cuestión es que la canción, que en Estados Unidos se tituló “Gloomy Sunday”, llegó acompañada de esta leyenda negra que en algunos casos engordó hasta con cien suicidas a sus espaldas y no tardó en ser conocida como “La canción húngara del suicidio”.

Desde que la canción aterrizó en tierras americanas se ha versionado en más de 80 ocasiones. La versión de Billie Holliday, acompañada de una buena campaña publicitaria, fue la que más éxitos cosechó e incluso ayudó a mantener el mito porque supuestamente, continuaba con el poder de hipnotizar a los amantes afligidos que tras escucharla no dudaban en lanzarse por la ventana más cercana. Se cuenta que el tema también fue prohibido en Estados Unidos, pero tanto éste dato como el de los suicidios en América tampoco están probados y forman parte de la leyenda.

La cuestión es que pasaron los años y la historia de la canción maldita perdió fuerza hasta que volvió a ponerse de moda en 1968, cuando Rezso Seress se suicidó en Budapest tirándose por una ventana.

Rezso Seress
La canción ha sido versionada entre otros por:Billie Holiday, The Kronos Quartet, Diamanda Galás, Björk, Elvis Costello, Marianne Faithfull, Billy Eckstine, Ricky Nelson, Stan Kenton, Carmen McRae, Sinéad O’Connor, Artie Shaw,The Smithereens Sarah Vaughan, Jimmy Smith, Heather Nova, Beth Gibbons, Sarah Brightman, Lydia Lunch, Paul Whiteman, Emilie Autumn o Christian Death.

También ha sido la base de distintas películas como la titulada como la canción “Gloomy Sunday, Ein Lied von Liebe und Tod” o “La caja Kovac”, del director español Daniel Monzón e incluso tiene su versión japonesa en “The suicide song”. El tema se puede escuchar también en la lista de Schlinder o en el capítulo de los Simpsons Treehouse of Horror XVII.

Quien sabe lo que hay de mito y de realidad en esta historia, pero de lo que no cabe duda es que existen canciones que, en según que momentos, pueden herir tanto o más que un puñal.


lunes, 27 de octubre de 2014

Unidad 731

Shinjuku escondió bajo su suelo un macabro secreto.
En el año 1989, una noticia sacudió el país del sol naciente. En plena faena de reurbanización del conocido barrio Shinjuku, centro comercial y administrativo de Tokio, aparecen centenares de restos humanos. Cinco años antes, un estudiante había descubierto en una librería de segunda mano unos documentos tomados por un oficial de la denominada Unidad o Escuadrón 731. Estas notas recogían en detalle macabros experimentos realizados en seres humanos por parte del programa de guerra biológica. Con estas evidencias, el gobierno japonés no pudo seguir ocultando por más tiempo su secreto más oscuro sobre la Segunda Guerra Mundial.

Cuarenta años antes de que se descubriera la fosa común, en Shinjuku estuvo ubicada una auténtica factoría de la muerte. Los laboratorios de la Unidad 731 fueron destruidos al final de la guerra para eliminar cualquier vestigio de su existencia. Se construyeron con mano de obra forzada china y eran conocidos como “Campo Prisión Zhong Ma”. En el centro se alzaba el “Castillo Zhong Ma”, donde se encontraban los prisioneros y un laboratorio.

Los elegidos para hacer el papel de cobaya humano eran trasladados desde la base de Manchuria y se llamaban “marutas” (troncos). Eran desde bandidos y criminales hasta “personas sospechosas”. A pesar del destino que les aguardaba, eran mantenidos en buenas condiciones, ya que su salud era vital para obtener unos buenos resultados científicos.

En 1939 y gracias a la “calidad” de los trabajos, las instalaciones se trasladan a Pingfan, en Manchuria. El complejo era tan grande como el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, e incluía edificios administrativos, laboratorios, barracones, una prisión para los sujetos sometidos a prueba, un edificio de autopsias y disecciones y tres hornos crematorios. Otro campo localizado en Mukden retenía prisioneros de guerra americanos, británicos y australianos, con los que también se experimentaba.

Shiro Ishii

Fue el teniente general Shiro Isii, un joven y brillante microbiólogo del ejército, el que encabezó estos experimentos. Se alineó con ultranacionalistas del Ministerio de Guerra de Japón y presionó con fuerza para el estudio y desarrollo de armas biológicas. Comienza sus infames experimentos en Beiyinhe, a 70 km de Harbin, en 1931.  Recordado como el padre del programa de guerra biológica de Japón, su más notable observación fue: “la guerra biológica debe tener muchas posibilidades. De otro modo, la Liga de las Naciones no la habría prohibido”.

Los experimentos

Más de 150 edificios en poco más de 6 km cuadrados
Cuando Ishii necesitaba un cerebro humano para sus experimentos, se lo encargaba a los guardias. Estos cogían un prisionero, y mientras uno lo sujetaba contra el suelo boca abajo, otro le partía el cráneo con un hacha. A continuación se le extraía chapuceramente y era transportado rápidamente al laboratorio de Ishii. Los restos del prisionero acababan en el crematorio del campo.

Los primeros experimentos se centraron principalmente en enfermedades contagiosas, como el ántrax, la peste bubónica, la fiebre tifoidea o la tuberculosis.  En una de las pruebas, guerrilleros chinos fueron inyectados con bacterias de la peste. A los doce días, padecían temperaturas de 40 ºC. Uno de ellos sobrevivió durante 19 días, tras los cuales se le practicó la autopsia en vivo.

Atado de pies y manos, un trabajador chino es diseccionado sin anestesia. El patólogo de la Unidad 731 recuerda: “sabía que todo había terminado para él, por lo que no se rebeló. Pero cuando cogí el escalpelo, empezó a gritar.

También era habitual la disección de personas vivas (incluidas mujeres en estado, embarazadas por los propios médicos). Otros no corrieron mejor suerte, y fueron envenenados con gas fosfeno o se les inyectó cianuro de potasio. Algunos sujetos fueron sometidos a tensiones de 20.000 voltios. Los que lograban sobrevivir eran utilizados para probar inyecciones letales o ser diseccionados en vida. También se les amputaban extremidades y se las intentaban colocar en otras partes de su cuerpo.

Otros experimentos consistían en exponer a los pobres prisioneros a granadas y lanzallamas para estudiar los resultados. Mujeres y hombres fueron deliberadamente infectados de sífilis y gonorrea mediante violaciones para estudiarlos posteriormente. Vital importancia cobraron los estudios sobre la congelación, ya que el frío causaba estragos entre los soldados durante su estancia en Europa. Para ello, se sometía a los prisioneros a temperaturas de hasta 30 grados bajo cero y después los golpeaban con palos hasta que el sonido se hacía seco y metálico, señal de que se habían congelado. Después, los cuerpos se descongelaban mediante técnicas experimentales, con el fin de encontrar una que se pudiera aplicar en el frente.

En uno de los documentos que se recuperaron en 1984, aparecía un diagrama que mostraba 21 sujetos de prueba atados a estacas dispuestos en formación circular. Las notas explicaban que se hacía explosionar una bomba de gérmenes en el centro del círculo para comprobar la difusión de una enfermedad cuando se diseminaba con una bomba.

En otros experimentos se colgaban personas boca abajo para determinar cuánto tiempo tardaban en ahogarse; otros consistían en la inyección de orina de caballo en los riñones o aire para supervisar la evolución de las embolias.

    “Hacía incisiones desde aquí hasta aquí [señala el cuello] y luego a lo ancho del estómago. Primero gritaban…y tardaban algunos minutos en perder la conciencia. La primera vez dudé mucho sobre lo que me ordenaban hacer. La segunda vez ya me acostumbré. La tercera ya lo hice más o menos voluntariamente. Tiene que entender que, desde nuestro punto de vista, los “troncos” estaban allí para propósitos experimentales. Los empleábamos para esto. Me enorgullezco de haber pertenecido a esta unidad. Fue la primera del mundo que usó la biología en combate.
                                                                                              Toshimi Misibushi, miembro de la Unidad 731

No se conoce con exactitud el número de víctimas que se cobró este proyecto, y probablemente nunca se llegue a saber. Las estimaciones que se han hecho hablan de que podrían ser hasta 200.000 personas las que perdieron la vida en estas experimentaciones.

La ocultación

Al finalizar la guerra, lo supervivientes relataban sus horribles experiencias en estos campos, mientras los aliados estaban muy interesados en los resultados obtenidos por Ishii, a sabiendas de que los habían utilizado en China y otros lugares con éxito. No podían permitir que los soviéticos se hicieran antes con ellos. Así pues, científicos de Fort Detrick, en Maryland (las instalaciones de guerra biológica de EEUU) se entrevistaron con varios científicos japoneses.  Por último, se selló un pacto de silencio entre los americanos y Shiro Ishii con el fin de que no trascendiera ningún dato y la opinión pública no clamara venganza. Para ello, se “advirtió” a los fiscales del Tribunal de Crímenes de Guerra de Tokio de que no ahondaran mucho en este asunto. A los ayudantes de Ishii se les ofreció inmunidad a cambio de cooperación e información.

Aunque se hizo pública una colección de informes oficiales, los gobiernos de Japón y Estados Unidos negaron el proyecto y toda implicación. En 1987, el Ministerio de Defensa británico admitió que la Unidad 731 había estado involucrada en la guerra biológica en Pingfan, pero no en Mukden. “Es esencial guardar el más estricto secreto para proteger los intereses de Estados Unidos y mantenerlo a salvo de la turbación”, reza un expediente del cuartel general de McArthur, en el que consta también que las investigaciones en el escuadrón 731 se llevaron a cabo bajo las órdenes de la Junta de Jefes de Estado Mayor. En 1993 prescribe el secreto oficial, desclasificándose los informes de los experimentos biológicos de la Segunda Guerra Mundial.

Paradójicamente, muchos de los involucrados en los proyectos de la Unidad 731 obtuvieron variados puestos de importancia, como médicos, farmacéuticos, la presidencia de la Asociación Médica Japonesa o un cargo importante de la industria frigorífica japonesa, en el caso de un miembro del equipo de congelación. Shiro Ishii muere en 1959 de un cáncer de garganta, y aparentemente sin muestras de arrepentimiento. Nunca fue juzgado por sus crímenes.

Experimentos realizados por la unidad 731.
  • Disección de personas vivas para experimentos de laboratorio y en ocasiones asesinados simplemente para documentar la muerte. El número de personas utilizado para este fin iba de las 400 a las 600 cada año.
  • A partir de la segunda mitad de 1940, las tropas agresoras japonesas empezaron el uso a gran escala de armas bacteriológicas, y desencadenaron todo tipo de enfermedades infecciosas como el cólera, el tifus, la pestilencia, ántrax, difteria y bacteria de la disentería.
  • Congelaban a los prisioneros y los sometían a técnicas de deshidratación severas y documentaban la agonía.
  • Los exponían a bombas para aprender a curar a los heridos japoneses. Bombardearon poblados y ciudades chinas con pulgas infectadas y dieron a los niños golosinas con ántrax. Después entraban para comprobar los daños a la población y se llevaban enfermos todavía vivos para abrirlos y perfeccionar el arma.
  • Contaminaron las fuentes de agua.
  • Algunos de los experimentos llevados a cabo allí incluían inyectar a los sujetos con bacteria causantes de la peste bubónica producidas en moscas infectadas, para luego registrar la evolución de la enfermedad e incluso disecarlos en estado consciente.
Mano infectada de Antrax
Los japoneses no dejaron nada sin probar: hongos, fiebre amarilla, tularemia, hepatitis, gangrena gaseosa, tétano, cólera, disentería, fiebre escarlata, ántrax, muermo, encefalitis de las garrapatas, fiebre hemorrágica, difteria, neumonía, meningitis cerebroespinal, enfermedades venéreas, peste bubónica, tifus, tuberculosis y otras endémicas de China y Manchuria. Realizaron pruebas con cianuro, arsénico, heroína, con veneno de serpientes y de pez erizo. En este programa murieron más de 10.000 personas.

Algunos murieron como consecuencia de las investigaciones. Otros fueron ejecutados cuando quedaron tan débiles que no podían continuar en la Unidad 731 y en otros tantos puntos se hicieron tests con insectos, y todo tipo de gérmenes. Se probaba la resistencia humana al botulismo, ántrax, brucelosis, cólera, disentería, fiebre hemorrágica, sífilis y también la resistencia a los rayos X.

Aplicaciones encubiertas de los resultados obtenidos en la Unidad 731

La noche del 4 de abril de 1952, un american F-82 sobrevoló la ciudad coreana de Min- Chung. A la mañana siguiente, sus habitantes comprobaron asombrados cómo su localidad estaba sembrada de ratones de campo, algunos incluso sobre los tejados de sus casas. Muchos tenían las patas fracturadas. Cuatro de esos roedores fueron llevados a un laboratorio donde confirmaron que eran portadores de la peste.

Durante la guerra de Corea, el presunto empleo por parte EEUU de armas bacteriológicas causó una gran alarma internacional. En sus incursiones a través del río Yalu, los distritos de Liaotung, Liaosi y China, los americanos espolvorearon plumas de aves de corral infectadas con ántrax, causando un elevado número de víctimas. Las plumas eran el vehículo preferido de la Unidad 731 para la propagación de enfermedades.

Estos y otros incidentes causaron tal revuelo que se creó un organismo internacional para investigar los hechos. Sus hallazgos se publicaron en el Report of the International Scientific Commission for the facts Concerning Bacterial Warfare in Korea and China. EEUU negó rotundamente las acusaciones.

A pesar de todo esto, hay testigos presenciales de la más que probable utilización de armas biológicas por parte de los aliados. Entre ellos, un sargento del pelotón del regimiento Middlesex, que durante la retirada conocida como “Pusan Derby” observó una actividad extraña en la policía americana. Estos soldados, de los que ninguno llevaba identificación alguna, llevaban guantes y mascarillas y se encontraban esparciendo plumas cerca de las casas del pueblo. En ese momento, se le ordenó abandonar el lugar inmediatamente. Tres o cuatro meses después, cuando las fuerzas de las Naciones Unidas avanzaron, el mismo sargento observó cientos de cadáveres de soldados chinos que habían muerto de cólera, según le informaron.

Unidad 731
Según el propio libro de Ishii, los militares de EEUU también llevaron a cabo un programa secreto donde los ciudadanos de su propio país fueron las víctimas involuntarias. Este programa estaba justificado por la apremiante Guerra Fría. Así, durante 1955, en Tampa Bay (Florida), la CIA “liberó” bacterias del arsenal del ejército estadounidense. El experimento se saldó con doce víctimas mortales y un aumento significativo de la tos ferina. Hoy en día este experimento continúa siendo secreto.

A finales de 1950, de nuevo el ejército lleva a cabo una serie de pruebas en Georgia y Florida. Desde un avión se esparcen miles de mosquitos en zonas residenciales (otra técnica de Ishii). Decenas de personas caen enfermas y  algunas mueren. Después de cada batida, los propios militares, haciéndose pasar por funcionarios de salud pública, someten a las víctimas a diversos test médicos. Se cree que los mosquitos estaban infectados por una cepa de la fiebre amarilla. Estos experimentos también permanecen clasificados.

Pero no sólo se utilizaron zonas rurales como blanco. Durante cinco días, en 1966, se roció un bacilo en el metro de Nueva York para estudiar cómo se distribuía por el entramado de túneles subterráneos. Y de nuevo en 1950, se pulverizaron nubes de bacterias contaminadas sobre San Francisco, una de ellas desarrollada en el complejo secreto Porton Down de Gran Bretaña. Los científicos llegaron a la conclusión de que casi todos sus 800.000 habitantes se habrían infectado. Posteriormente, el ejército de los EEUU confesó, durante una audiencia a puerta cerrada en el Senado, que se habían  llevado a cabo 239 test al aire libre a lo largo de 20 años.

Cuando la Convención sobre Armas Biológicas entra en vigor en 1997, la guerra química y biológica fue declarada ilegal. La presión de los EEUU tuvo mucho que ver en esta decisión. Teniendo en cuenta la relación costo/efectividad de este tipo de armas, los americanos estaban preocupados de que las naciones menos desarrolladas pudieran adquirirlas fácilmente. Pero la experimentación y el desarrollo de estas peligrosas armas continuaron a puertas cerradas.

Lo que queda del escuadrón 731 en la actualidad
Hoy en día el temor surge de los avances en ingeniería genética. Existen indicios de que las armas genéticas de “genes específicos” pueden ser una realidad muy cercana en el tiempo. Douglas J. Feith, subsecretario de Defensa para la política de negociaciones, declaró que “ahora es posible sintetizar agentes de guerra biológica adaptados a los presupuestos militares. La tecnología que hace posible las drogas de diseño también permite diseñar armas biológicas.”

Michael Riconosciuto, ex agente de la CIA, mostró su preocupación por conocer de primera mano la evolución de las armas genéticas en los EEUU, concretamente de las “armas biotecnológicas”. Estas consistirían en anticuerpos monoclonales letales (unos genes específicos) que son capaces de distinguir características raciales. Según Riconosciuto, podrían ser liberados en una gran ciudad de EEUU y aniquilar a todos los negros y asiáticos, sin dañar al resto de ciudadanos.

Los gobiernos observan con recelo la proliferación de las armas biológicas, consideradas como “las bombas nucleares del pobre”, ya que son a la vez atractivas y asequibles. Sobre todo temen que grupos terroristas puedan utilizarlas en grandes núcleos de población, como el ataque con gas sarín en el metro de Tokio que tuvo lugar en 1995 por parte supuestamente de la secta Aum Shinriyko.

Os dejo con la primera parte de la película Men behind the sun, largometraje que se grabó sobre la División 731:

viernes, 24 de octubre de 2014

El ídolo fue descubierto el 24 de enero 1894  en la turbera de Shigir, en la vertiente oriental de los Urales Medio, a unos 100 km de Ekaterimburgo, durante del procesamiento de las minas de oro. La escultura de cinco metros estaba debajo de una capa de turba de cuatro metros. El propietario de la mina de oro, el conde Stenbock-Fermorregalóel hallazgoa la Sociedadde Historia Natural de los Urales. El ídolo llegóa los expositores del Museo,reducido casi a la mitad. Ahora, es un cuerpo de tres metros con siete caras.

Se extrajo en varias partes; profesor DI Lobanov combinó los principales fragmentos para reconstituir un alto 2.80m escultura.En 1914 el arqueólogo Vladimir Tolmachev propuso una variante de esta reconstrucción mediante la integración de los fragmentos no utilizados.Algunos de estos fragmentos más tarde se perdieron, por lo que sólo los dibujos de Tolmachev de ellos permanecen.

Se dató inicialmente una antigüedad de casi dos mil años. Pero los análisis con isótopos de carbono realizados casi un siglo después por científicos de Moscú y San Petersburgo constataron que la escultura tiene en realidad una antigüedad superior a los 9,500 años, lo que la convierte en la pieza de madera tallada más antigua que se conoce.

El milenario ídolo Shiguir se encontraba enterrado a 4 metros de profundidad, lo que favoreció su excelente estado de preservación. Ahora los expertos rusos dicen que esta reliquia contiene información codificada sobre nada más y nada menos que «la creación del mundo» —un mensaje al hombre moderno enviado desde el la era Mesolítica de la Edad de Piedra.

Por otro lado, los científicos alemanes pronto lograrán una datación más precisa de la estatua; los resultados estarán disponibles entre febrero y marzo del año 2015. El ídolo hecho con madera de alerce y tallado con una “cuchara de piedra”, mide 2.80 metros de alto, aunque originalmente medía 5.30, como una casa de dos pisos.

Estudiamos al ídolo con un sentimiento de asombro. Es una obra maestra que contiene un gigantesco valor emocional. Es única y no hay nada igual en el mundo”, explicó el profesor Mikhail Zhilin, investigador del Instituto de Arqueología de la Academia Rusa de Ciencias.

«El ornamento está cubierto con información encriptada. Los antiguos estaban pasando conocimiento a otras generaciones con ayuda del ídolo», dijo Zhilin.

Mientras que lo que dicen los mensajes aun permanece en el más profundo misterio para el hombre moderno, los académicos rusos declararon que sus creadores «vivían en total armonía con su entorno, tenían un avanzado desarrollo intelectual, y un mundo espiritual complicado».

Las múltiples marcas y símbolos grabados a lo largo y ancho seguramente tendrían un significado trascendente para los constructores. El número 7 parece importante dado que es la cantidad de rostros que tiene el ídolo, a pesar que solo uno de ellos es tridimensional.

Los investigadores están convencidos que tienen ante sus ojos una historia cosmogónica sintetizada a lo largo de la estatua. La posición vertical de las figuras probablemente tengan que ver con jerarquías entre antiguos espíritus que habitaban el mundo. Asimismo, el frente y la espalda del ídolo poseerían representaciones de mundos diferentes.

Si se trata de mitos sobre los orígenes del hombre y su mundo, la alineación vertical de las imágenes posiblemente reflejen una secuencia de eventos. Los ornamentos pueden ser símbolos especiales que marquen algo importante”, dijo Svetlana Savchenko del Museo Yekaterinburg, hogar del ídolo en la actualidad.

El profesor Uwe Hoysner, del Instituto Arqueológico de Berlín agregó que «el ídolo está hecho de un alerce, el cual, como pudimos deducir a partir de los anillos anuales, tenía al menos 159 años cuando fue elegido para convertirse en el ídolo. Las muestras que seleccionamos contienen información importante acerca de los isótopos que corresponden al tiempo cuando creció el árbol».

Ahora tendremos que esperar hasta el año que viene, cuando los científicos darán a conocer en detalle sus nuevos hallazgos, y tal vez el ídolo se digne a contarnos lo que sabe acerca de la historia sobre nuestros propios orígenes.

Exhibida en el museo de Etnografía de Yekaterimburgo

 El holding óptico-electrónico Shvabe desarrolló un expositor climatizado para preservar el Ídolo de Shiguir, la escultura de madera más antigua del planeta. La característica principal de este expositor es la capacidad de mantener un ambiente específico dentro de la urna. La temperatura y la humedad se ajustan para no deteriorar la escultura de madera, según el mensaje del servicio de prensa Shvabe.

Un antiséptico ayudó a que la escultura se conservara: el ídolo fue tallado de alerce rico en fitoncidas, después fue conservado en la turba, como resultado se creó unentorno anaerobio ácido que mata a los microorganismos destructores y produce el efecto curtidor.

Por desgracia, en el momento de su descubrimiento, el ídolo fue extraído del entorno favorable, y el principal desafío era idear un mecanismo para salvarlo, ya que la madera, más que cualquier otro material, tiende a secarse y agrietarse. Todo este tiempo, el artefacto más antiguo se salvaguardaba en cera.

Salvó la situación una creación de Shvabe, la urna climatizada única, tras lo cual la cuestión de la destrucción del monumento ha dejado de ser tan preocupante. Es curioso que el equipo para conservar la escultura es una incubadora modificada para bebés prematuros.

martes, 21 de octubre de 2014

El bosque de Rendlesham, propiedad de la Comisión Forestal, es una zona de unas quince mil hectáreas situada en el condado de Suffolk,(Inglaterra) a unas dos horas en coche desde Londres en dirección nordeste y a poco más de 13 kilómetros de la ciudad Ipswich. A finales de diciembre del año 1980 este lugar fue el mudo testigo de uno de los casos ovni más espectaculares de los últimos años, no tan sólo por el encuentro en sí sino por las consecuencias que se derivaron posteriormente del mismo, hasta el extremo que algunos investigadores lo han calificado de “El Roswell británico”.

Bosque de Rendlesham
En aquella época (finales de 1980) en Rendlesham se ubicaban dos bases militares de la fuerza aérea británica (RAF), actualmente abandonadas, una situada al norte del bosque, la Royal Air Force Bentwaters, y la otra al oeste, la Royal Air Force Woodbridge. En diciembre de 1980, ambas estaban cedidas a la fuerza aérea norteamericana (USAF) en régimen de alquiler y se hallaban adscritas a la 81 Ala de Combate (Tactical Fighter Wing) bajo el mando del por entonces coronel Gordon E. Williams, actualmente retirado.

Coronel Charles I. Halt
Las bases estaban bajo el mando del Coronel Theodore Conrad y su adjunto era el Teniente Coronel Charles I. Halt, que, como veremos, tuvo un papel destacado en esta historia. Fue, precisamente, este último el que redactó el informe describiendo el incidente y su intervención en la segunda noche en que se produjeron los avistamientos y que fue enviado al Ministerio de Defensa británico (MOD).

Pese a que hubo una cierta controversia con relación a la fecha exacta del primer avistamiento, (inicialmente se fechó el 27 de diciembre) actualmente y tras un análisis de la documentación existente, se acepta que el incidente tuvo lugar entre el 26 y el 28 de diciembre de 1980.

Todo sucedió una fría y húmeda noche del 26 de diciembre de 1980. Alrededor de las 3 de la madrugada una patrulla de la Policía de Seguridad militar, integrada por tres militares, Jim Penniston, John Burroughs y Larry Warren, estaban realizando una rutinaria misión de vigilancia en una zona situada a unos 1600 metros de la puerta este de la base de Woodbridge cuando informó de la existencia de una serie de luces extrañas que al principio creyeron que se trataba de un avión en dificultades.

Jim Penniston
John Burroughs notificó lo sucedido a superior inmediato en la base desde un puesto de guardia cercano. Simultáneamente, llegó otra patrulla que verificó la presencia de las extrañas luces. Siguiendo instrucciones de su superior Burroughs, junto con dos hombres más salieron de la zona de jurisdicción de la base, motivo por el cual tuvieron que dejar las armas, para intentar averiguar qué eran esas luces.

Cuando se adentraron en el bosque para investigar pudieron ver, asombrados, gran cantidad de luces moviéndose entre los árboles. En ese momento, según declaran los testigos, recibieron una comunicación por radio pues al parecer desde el aeropuerto de Heathrow habían informado de la presencia de un tráfico no identificado sobre la base de Woodbridge y había desaparecido repentinamente.

Reconstruccion de lo avistado
Fue entonces cuando, de repente, en un claro del bosque pudieron ver asombrados una luz grande y brillante procedente de un objeto que no pudieron identificar. Los militares quedaron estupefactos cuando frente a ellos apareció un objeto de aspecto metálico y forma cónica, de unos tres metros de largo y dos de alto. Al parecer, el objeto iluminaba todo el bosque con una fuerte luz blanca. El objeto tenía también una luz roja pulsante en su parte superior y varias luces de color azulado en la base. Pese a que el objeto parecía estar suspendido en la niebla, observaron la presencia de lo que parecía ser una especie de tren de aterrizaje de forma triangular. Cuando los militares intentaron acercarse al objeto, éste parecía rehuirles, alejándose de ellos, como si jugaran al gato y al ratón. Durante más de dos horas los tres hombres persiguieron el extraño objeto que parecía jugar con ellos. Estaba encima del suelo, sobre el horizonte, encima de los arboles… pero cuando intentaban acercarse, el objeto se apartaba.
 
Posteriormente, en declaraciones no recogidas en los informes oficiales, los testigos que intentaron acercarse al objeto declararon que sufrieron de aturdimiento y de una extraña sensación de alteración de la realidad. Asimismo, Burroughs dijo que durante el incidente escuchó un ruido que identificó como “una mujer gritando” así como ruidos de animales También se llegó a afirmar que daba la sensación de que todo discurría más lento, con una extraña percepción de la realidad: del cielo, de las estrellas del mismo bosque… pero todo volvió a la realidad cuando el objeto desapareció. También los vecinos de la zona declararon que los animales de una granja cercana mostraron un estado de gran excitación a la misma hora en sucedía este incidente.

Al parecer y según se conoció mucho después, en un momento determinado, Jim Penniston se habría podido acercar a la nave y tocarla y ésta le “transmitió” una especie de mensaje binario que él anotó en una libreta tal y como explicaremos más adelante. Sin embargo nada de todo esto figura en el informe oficial redactado en su día. Cinco horas después de producirse este extraño avistamiento, John Burroughs informó al teniente coronel Charles Halt que decidió formar un equipo de trabajo para investigar el incidente.

Los militares pudieron comprobar la existencia de tres pequeñas marcas en el suelo de forma triangular, como las que hubiera podido dejar el supuesto tren de aterrizaje que habían observado la madrugada anterior. También pudieron comprobar que el suelo aparecía quemado y los árboles cercanos tenían sus ramas rotas.

A las 10:30 de aquella misma mañana Burroughs acompañó a un oficial de la policía local para revisar el terreno a plena luz del día. La policía comprobó la existencia de las tres extrañas marcas en el suelo y descartó que éstas fueran obra de algún animal. Asimismo, midieron la distancia entre ellas y comprobaron que ésta era exacta formando un perfecto triángulo equilátero

El segundo avistamiento

Aquella noche, las extrañas luces volvieron a verse. El comandante de la base, el teniente coronel Halt, ordenó colocar potentes reflectores orientados hacia el bosque. A las 21.30 y de forma inexplicable los reflectores dejaron de funcionar sin causa aparente. Deciden entonces poner en marcha un segundo juego de reflectores. Mientras, Halt, dispuesto a verificar el origen de las extrañas luces, reúne a un equipo de hombres, entre los que había el fotógrafo de la base, el sargento Monroe Nevilles y el sargento primero Bobby Bal.

También les acompañaba el teniente de la policía local Bruce Englund. Se llevan gafas infrarrojas para mejorar la visión de noche y contadores geiger puesto que querían verificar que no existía radiación en la zona. No en vano, en Woodbridge se almacenaban armas nucleares, aparte de ser la sede del 67 Escuadrón de Recuperación y rescate Aeroespacial. Y un detalle importante que tendrá trascendencia: Halt se llevó una pequeña grabadora con el fin de grabar en ella el relato de los acontecimientos de aquella noche así como sus impresiones sobre la investigación. Es, precisamente, gracias a la meticulosidad de sus anotaciones grabadas que fue posteriormente posible reproducir con la máxima exactitud lo ocurrido aquella noche.


Los vehículos y la radio empiezan a fallar.

Halt y sus hombres y se dirigen al lugar en el que tuvo lugar el incidente. Cuando llegan ahí, el segundo juego de reflectores deja de funcionar, los vehículos empiezan a fallar y la radio también se estropea.

Reconstruccion
Los militares se adentraron en el bosque hasta llegar al centro de las marcas dejadas por el objeto la noche anterior y verificar las ramas rotas y la hierba requemada justo en el lugar en el que se supone que la nave aterrizó. Tomaron diversas lecturas con los contadores geiger y es entonces cuando se percatan de una luz brillante que parecía estar a unos 150 metros de donde se hallaban los militares, moviéndose de un lado a otro, zigzagueando, como si les hiciera algún tipo de señal. La luz se acercó más y fue entonces cuando comprobaron que era un objeto de brillante color rojizo. Lo pudieron observar durante dos o tres minutos. De pronto, el objeto se alejó y los militares lo siguieron, adentrándose en la espesura del bosque. Y fue entonces cuando vieron una casa frente a ellos. Su interior brillaba intensamente, como si estuviera quemándose por dentro. De nuevo apareció el objeto que se dividió en cinco objetos blancos y se desvanecieron. Halt y sus hombres siguieron caminando en dirección este, hacia la costa. No era mucha la distancia que les separaba de la base, quizás apenas 500 metros.

Al poco rato, al norte, a unos 30 grados del horizonte pudieron ver gres objetos en el cielo que empezaron a moverse rápidamente. Los militares declararon posteriormente que su impresión es que aquellos objetos parecían buscar algo, como si siguiesen algún patrón de búsqueda. Observaron un objeto en el cielo que se movía y que enviaba rayos de luz hacia el suelo. Este avistamiento fue confirmado por diversos miembros de las fuerzas aéreas desde la base de Woodbridge que pudieron ver ese mismo objeto y los rayos o haces de luz que desprendía.

En el bosque Halt y sus hombres iban a ser testigos de un asombroso encuentro. Repentinamente, pudieron ver un brillante objeto que se dirigió a gran velocidad hacia ellos. Proyectaba un potente haz de luz brillante y completamente redonda. Uno de esos rayos de luz cayó muy cerca de donde estaba el teniente coronel Halt. Y de pronto, la luz desapareció.

De todos estos extraños acontecimientos Charles I. Halt redactó un informe que dirigió a sus superiores y las autoridades británicas. Los primeros nunca reconocieron el incidente y las autoridades británicas, simplemente guardaron silencio.


Confirmar el extraño acontecimiento

Llegados a este punto, conviene destacar un hecho que viene a confirmar el extraño escenario que se dio en esta zona de Inglaterra a finales de diciembre de 1980. En la medianoche del 27 de diciembre de 1980 un extraño objeto de origen desconocido apareció en las pantallas del radar de la base aérea de Watton en Norfolk. Los controladores pudieron hacer el seguimiento del objeto que desapareció en las inmediaciones del bosque de Rendlesham. El objeto también fue registrado por los radares de la base de Bentwaters

Mal Scurrah, operador de radar de servicio aquella noche declaró:

No teníamos ni la más remota idea de qué era aquello. Revisamos entre las agencias de tráfico aéreo. No había nada aquella noche en esa zona y en ese momento. Lo único que podíamos hacer era enviar un caza para averiguar qué era. Se dirigieron al lugar, a un cuarto de milla y el piloto repentinamente empezó a informar que podía ver una luz muy brillante en el cielo, delante suyo. Estaba estacionaria en la pantalla y entonces, en cuestión de segundos, comenzó a moverse a una velocidad fabulosa. En el transcurso de cinco minutos estaba sobrepasando los 90.000 y se perdió por encima del rango del radar. No existe nada hoy en día que pueda realizar este tipo de maniobras. Los pilotos no pudieron seguirlo.
El informe que el teniente coronel Halt
En 1983 una revista de OVNIS publicó un breve artículo sobre el incidente de Rendlesham Forest que pasó desapercibido para la comunidad ufológica. Sin embargo, Robert Todd de Ciudadanos contra el Secreto OVNI (CAUS) consiguió una copia del informe oficial de los hechos invocando el Acta de Libertad de Información de 1983. Dichos documento, fechado el 13-1-1981 era el informe que el teniente coronel Halt había enviado al Ministerio de Defensa británico

La traducción del documento:

DEPARTAMENTO DE LA FUERZA AEREA
SEDE DE LA 81 ª de apoyo de combate [USAFE]
APO NUEVA YORK 09755
A REPLTY
ATN DE: CD 13 de enero 81
TEMA: Luces inexplicables
A: RAF / CC


1. Temprano en la mañana del 27 de diciembre 80 (aproximadamente 0300L), dos patrulleros USAF de la policía de seguridad vieron luces inusuales fuera de la puerta trasera en la RAF Woodbridge. Pensando en que un avión podría haberse estrellado o forzado a aterrizar, pidieron permiso para salir más allá de la puerta para investigar. El jefe de vuelo en servicio respondió y les dio permiso de los patrulleros que investigaran a pie. Los individuos dijeron haber visto un extraño objeto brillante en el bosque. El objeto fue descrito como de apariencia metálica y de forma triangular, de aproximadamente dos a tres metros de base y unos dos metros de altura. Iluminaba todo el bosque con una luz blanca. El objeto en sí tenía una luz roja pulsante en la parte superior y un banco de luces azules debajo. El objeto se movía. Cuando los patrulleros se acercaron al objeto, maniobró a través de los árboles y desapareció. En este momento los animales de una granja cercana entraron en frenesí. El objeto fue avistado brevemente aproximadamente una hora más tarde, cerca de la puerta trasera.


2. Al día siguiente, tres depresiones de 1 1 / 2 “de profundidad y 7? de diámetro se encontraron en el suelo, en el lugar en que el objeto había sido avistado. La siguiente noche (29 de diciembre 80) el área fue revisada en busca de radiación. Lecturas Beta / gamma de 0,1 miliroentgens se registraron con valores máximos en el las tres depresiones y cerca del centro del triángulo formado por las depresiones. Un árbol cercano, dio lecturas moderadas (.05 -. 07) en el lado del árbol hacia las depresiones.

3. Más tarde en la noche una luz roja como el sol, se vio entre los árboles. Se movía y pulsaba. En un momento parecía deshacerse de brillantes partículas y luego rompió en cinco objetos separados blancos y luego desapareció. Inmediatamente después, tres objetos en forma de estrella fueron notados en el cielo, dos objetos en el norte y otro al sur, los cuales estaban a aproximadamente 10 ° del horizonte. Los objetos se trasladaron rápidamente en movimientos de ángulos agudos y mostraron luces rojas, verdes y azules. Los objetos al norte parecían ser elípticos a través de una lente de potencia 8.12. A continuación, se volvieron círculos completos. Los objetos hacia el norte se mantuvieron en el cielo por una hora o más. El objeto hacia el sur fue visible durante dos o tres horas y emitía un rayo de luz de vez en vez. Numerosos individuos, entre ellos el que suscribe, fueron testigos de las actividades de los apartados 2 y 3.

(Firma)
Charles I. HALT, Teniente Coronel, USAF
Segundo Comandante de la Base


Sin embargo y pese a lo aparatoso de este incidente y a la cantidad de testigos involucrados, lo realmente espectacular del suceso se conoció posteriormente, casi 30 años después.


30 años después.

Codigo Binario completo
Tal y como explicábamos anteriormente, tiempo después de estos hechos, el sargento Jim Penniston, declaró que, aquella fría noche de diciembre, había podido acercarse al objeto y que tuvo la certeza de que era una nave de origen desconocido ya que la pudo tocar y notó su superficie cálida. Sin embargo, lo más sorprendente es que en aquel instante, Penniston de un modo que desconoce había recibido una especie de mensaje telepático procedente de aquel objeto, una especie de descarga masiva de información que, sorprendido, no supo como procesar y que lo dejó aturdido.

En 2010 el ya sargento retirado Jim Penniston explicó, en el marco de una conferencia y ante una sorprendida audiencia de casi 300 personas su experiencia en el bosque de Rendlesham aquella madrugada de diciembre de 1980, revelando aquel terrible secreto que hasta entonces había mantenido oculto y dando una información nunca antes publicada. 
Cuando aquella fría noche de diciembre, Penniston tocó aquella extraña nave recibió como una especie de descarga de información, una vívida imagen mental en forma de ceros y unos, que al principio no entendió en absoluto, que creyó que se trataba de una serie de números aleatorios y que acabó anotando en una libreta y guardó en secreto durante 30 años.

Pero, a diferencia de otros muchos casos conocidos de supuesto contacto telepático con entes extraterrestres, no se trataba de ningún mensaje mesiánico como nos tienen acostumbrados muchos de los contactados al uso. En absoluto, Penniston recibió una larga secuencia  de ceros y unos, una especie de código binario que torturaron su mente hasta que, finalmente, los anotó todos en una libreta que, como decíamos, guardó en secreto durante tres décadas.

 Pese a su silencio y según declaró el mismo, tuvo con frecuencia sueños recurrentes en el que revivía su experiencia en el bosque y el supuesto mensaje binario, sin que llegara a entender su contenido. Nunca intentó descifrarlo hasta que en octubre de 2010 entregó las seis páginas de anotaciones escritas a mano a un programador, Nick Ciske, para que éste intentara descifrarlo.

Tras introducir el mensaje en su ordenador, apareció el siguiente mensaje:

EXPLORATION [of] HUMANITY
52º 09’ 42.532” N
13º 13’ 12.69”  W
CONTI [NUOUS]
FOR PLANETARY ADVAN [CE]

“Exploración de la Humanidad” ¿Era esta la prueba definitiva de que nuestro planeta, la humanidad, estaba siendo explorado por una civilización extraterrestre? Y si era así ¿Con qué intención? ¿Y qué significaban estos números que parecían coordenadas de longitud y latitud?

Coordenadas geográficas 
 
Tas su estudio se vio que lo más sorprendente del mensaje es que las coordenadas geográficas correspondían al enclave de una misteriosa isla sumergida en el Atlántico, al suroeste de Irlanda, que es conocida en las leyendas celtas como  Hy Brasil.

Según la leyenda, esta isla albergaba una civilización antigua cuyo origen se perdía en la noche de los tiempos, los Lumanios, adelantada miles de años a su tiempo y que jamás se relacionó con el resto de los pueblos de Europa a los que consideraba unos bárbaros.

¿Qué relación guardaba el incidente de Rendlesham Forest con esta extaña y desconocida civilización perdida de la que sólo tenemos noticias a través de las tradiciones orales de los pueblos celtas? ¿Y que significaban las frases “Exploration of Humanity” y “Continuous for planet advance? Las preguntas se acumulan y las respuestas no son fáciles… algunos investigadores han intentando desentrañar el misterio y otros han visto la mano de una civilización que desde los orígenes de la humanidad vigila nuestros pasos. Pero eso ya es otra historia…

lunes, 20 de octubre de 2014

Nan Madol

Entrada a Nan Madol
La ciudad en ruinas de Nan Madol se alza en la costa este de la isla de Ponhpei, a mitad de camino entre Honolulu y Manila, en los Estados Federados de Micronesia. Según el antropólogo William Ayres, de la Universidad de Oregón, la metrópolis fue la capital de la dinastía Saudeleur, que ejerció su poder en la zona entre los años 500 y 1500.

En Nan Mandol, al igual que en Marcahuasi, reina la soledad y el silencio, se palpa el abandono fulminante de sus moradores, aunque sus restos no ofrecen similitudes. Nan Madol tiene una superficie de 60 hectáreas, es un mundo de fantasía encantado, lleno de frondosa selva. Se le llama la "Venecia del Pacífico" y está formada por 92 pequeñas isletas realizadas por manos humanas.

Localicacion de Nan Madol
Las primeras edificaciones de Nan Madol están datadas del 500 d.C. y las últimas son del 1500 d.C. Las ruinas las forman un total 400.000 bloques de basalto, que se encuentran diseminadas a lo largo y lo ancho de los islotes que rodean a la isla principal donde estaba enclavada la ciudad, surcada por canales poco profundos, jalonada de templos de basalto y de grandes palacios, con un sinfín de subterráneos restos de viviendas y de lugares públicos y un enorme arco de piedra de una sola pieza que pesa casi 200 toneladas. Destaca así mismo la presencia de un gran muro de casi 900 metros de largo, alcanzando en su punto más elevado los 14 metros.

Plano de Nan Madol
La historia de Nan Madol es desconocida, así como los que fueron sus habitantes y sus orígenes. Todo allí es un misterio insondable. Nadie sabe el origen exacto de las ruinas. Y hay todo tipo de leyendas sobre su origen.¿Por qué trajeron los 400.000 bloques de basalto a la isleta? Ya que los bloques proceden de la costa norte de Ponape que es el lugar en el que se produce el basalto ¿Por qué no construyeron allí los templos? En las islas no había mucho espacio para que vivieran las personas. ¿Dónde se alojaron los habitantes mientras construyeron Nan Madol? ... Y ¿Cómo trasladaron esas losas algunas de ellas muy pesadas?...

Solo leyendas
  • Según una leyenda local, un mago llevó volando desde una gran distancia las enormes losas de las que están compuestos los edificios. Lo cierto es que no hay canteras en las proximidades y los grandes centros de población se encuentran al otro lado de la isla ...
  • También se dice que los gigantescos bloques fueron transportados en balsas de madera de cocotero, pues es imposible el transporte por tierra dada la geografía infernal de las islas, pero no existe explicación de cómo lograron levantar los bloques de gran tonelaje sobre muros a gran altura, ni mucho menos de donde salió la mano de obra necesaria para llevar a cabo tan colosal obra, pues aún hoy en día la población de Ponhpei no sobrepasa los 35.000 habitantes. No se entiende cómo fue elegido este apartado y tortuoso punto de la isla principal de Ponhpei para construir esta ciudad.  
Isla de Ponhpei

Desde que los japoneses se hicieron cargo de la administración de Ponhpei de 1.919 y fueran expulsados posteriormente por las tropas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial, son numerosas las pruebas que indican una enorme actividad de extracción de platino y otros metales de gran valor por parte de modernos equipos de buceo del fondo de los canales de Nan Madol, siguiendo las leyendas nativas que indicaban la presencia de una gran ciudad sumergida en la zona, y de la que Nan Madol sólo era la puerta de entrada, la parte más visible de la mítica ciudad de Kanimeiso o Kahnihmweiso (la ciudad de nadie), donde habitaron los reyes del Sol.

Existen gran cantidad de informes de buceadores que denuncian la presencia en los fondos marinos de Nan Madol, de amplias zonas de construcciones, calles y avenidas cubiertas de conchas y corales, bloques, monolitos y otras señales inequívocas de que Nan Madol es tan sólo la punta del iceberg de una gran civilización que yace olvidada en el fondo del Pacífico.

¿Acaso quisieron construir su ciudad justo al lado de la antigua ciudad de los dioses, utilizando un gran dragón que limpió el fondo de los canales y haciendo volar posteriormente, con su poderosa magia, los bloques de basalto desde el otro extremo de la isla a su ubicación actual, siendo depositados suavemente uno tras otro, tanto es así que los hombres podían montar sobre los bloques sin ningún peligro mientras eran trasladados por los aires? ... Esta forma de hacer levitar o volar la piedra o incluso moldearla tiene gran eco en otros puntos del mundo. Lo podemos encontrar en lugares tan alejados unos de otros como son la Isla de Pascua, Egipto, Tibet, Tihuanaco, Stonehenge, etc, ... .

Obviamente, fue construida por personas que tenían la sofisticación de los antiguos egipcios y desaparecieron tan misteriosamente como los incas peruanos. El origen de la ciudad es un misterio que probablemente siempre se quedará escondido en un pasado lejano y desconocido.

Nan Madol

Nan Madol, Muro de 9 metros
Nan Madol desde Google Earth