lunes, 2 de diciembre de 2013

El libro de Toth

Ramsés II
Pocas personas han dejado de escuchar alguna vez el nombre de Ramsés, faraón que vivió durante el siglo XIII antes de Cristo: fue un gran guerrero que logró rechazar una invasión del pueblo hitita. Pero no fue por esta razón que ha logrado ser conocido entre nosotros. Su fama se la debe al descubrimiento de sus restos, en 1881. No hay quien no haya contemplado alguna vez en fotografía la momia de Ramsés, cuya cabeza se ha conservado perfectamente, con todo y sus cabellos rojizos; y su pésima dentadura ha venido a demostrar que debió sufrir en vida muy malos ratos. Su hijo, en cambio, hubiera pasado desapercibido de no haber ordenado quemar en cierta ocasión un libro que consideraba altamente peligroso.

Momia de Ramsés II
Se llamaba Khaunas y tuvo ocasión de conocer una obra misteriosa, escrita por un personaje legendario acerca de cuya existencia muy poco logró averiguar. Contenía el libro terribles secretos. Su lectura concedía poderes sobre las cosas de la tierra, del cielo y del mar, revelaba una receta para resucitar a los difuntos y para dar órdenes a las personas, por lejos que se encontrasen. Quien leyera este libro sabría mirar al sol cara a cara, así como comprender el lenguaje de los animales.

No obstante, el libro no logra ser pasto de las llamas; había una razón mágica pero coherente, al ser hijo del fuego, era incombustible. Entonces lo guarda en un lugar secreto donde, una vez colocado, ni él mismo podría tener acceso.Sin embargo, alguien tuvo acceso al tan bien escondido “libro prohibido”.

¿Qué clase de libro era aquél que ordenó el faraón Khaunas tirar al fuego? ¿Un texto científico que no supo descifrar y por esta razón, igual que ha sucedido cada vez que un hombre ignorante se ha encontrado con algo superior a su entendimiento, le resultó más sencillo suprimirlo? ¿Existió en realidad aquella obra maldita o quiso inventar el episodio un cronista de la época, para rendir homenaje al buen juicio del soberano o para burlarse de las generaciones venideras?

El dios Thot


Thot está considerado dios de la sabiduría y tenía autoridad sobre todos los dioses. También fue el inventor de la escritura, patrón de los escribas, de las artes y las ciencias. Como dios de la escritura, era el inventor de todas las palabras, del lenguaje articulado. Era un dios lunar medidor del tiempo, y el que estableció el primer calendario y por eso el primer mes llevaba su nombre. Creó los cinco días Heru Renpet (epagómenos), quitándolos de la luminosidad de Jonsu, que simbolizaba la Luna. Estos nuevos días permitieron a Nut parir cinco hijos, los cuales fueron: Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis.


Pues Ra le había impedido tenerlos en cualquier dia del año; Osiris resucitó a Thot tiempo después. Fue este dios quien instruyó y crió al Joven Horus, hijo póstumo de Osiris e Isis quien venceria a Seth posteriormente. Hay que recordar que Seth asesino a Osiris y que su esposa/hermana Isis y su sobrino Anubis lo revivieron


Thot desempeña el oficio de escribano sagrado, ya que documenta los hechos en la sala de las Dos Verdades. Es el registrador y el juez. En el panteón egipcio asistía al pesaje de las «almas» en una balanza, el juicio de Osiris.

También fue considerado el arquitecto que conocía los trazados y trayectorias de todas las cosas, el señor de los inventores y de la sabiduría. Estaba relacionado con la música como inventor de la lira.

Segun la leyenda se presentó en Egipto procedente de un país situado más allá de donde se oculta el sol. Es decir, que vino del oeste, igual que otros dioses del firmamento egipcio. Su nombre recuerda de manera sospechosa al God anglosajón y al Gott germánico, pero de acuerdo con algunos estudiosos del tema tiene un origen atlante: Toth deriva de Tehutli.

¿Cuál era entonces el origen de ese Toth de quien se expresaban con tanto temor y respeto los egipcios? ¿Arribó de la Atlántida antes de ser borrado del mapa el legendario continente hundido en el océano? ¿O De la lejana Hiperbórea acaso, llamada Tierra de Thule en las tradiciones escandinavas?

¿Que fue de Thoth tras la caida de Egipto?

Hermes Trismegisto
Encontrábase Egipto en decadencia desde hacía un buen número de siglos. Muchos documentos del pasado habían sido destruidos, porque no eran comprendidos, igual que sucedería durante la Edad Media en Europa, cuando fueron quemados valiosos testimonios de la antigüedad. Por fortuna, en el caso de Egipto llegaron un día los griegos a Egipto y quedaron tan admirados ante lo que vieron y ante lo que adivinaron, que se apropiaron de muchas cosas. Entre ellas, la figura del dios Toth.


Le cambiaron el nombre y lo convirtieron en Hermes Trismegisto, tres veces grande. Hacia el siglo II florecieron en Alejandría documentos atribuidos a este Dios. Se trataba de transcripciones de una sabiduría muy antigua que fueron compilados con el nombre de LOS LIBROS DE HERMES TRIMEGISTO. De ahí partió el hermetismo alejandrino que se prolongó por espacio de toda la Edad Media y que dio lugar a la alquimia moderna.


Pero, volviendo al libro

El libro original estaba compuesto por símbolos y jeroglíficos y fue hecho en 78 láminas de oro puro, y en el que estaba contenida “aquella cosa que da conocimiento a los demás”.El libro de Thot fue en su origen el libro sagrado de los egipcios. Los temas que con mayor frecuencia estudiaban los sacerdotes egipcios eran los relacionados con el espíritu.


El primer texto conocido donde se hace referencia a este manuscrito es el papiro de Turis, publicado en París a finales del siglo XVIII. Aquí se describe el intento de asesinato de un faraón, a través de fórmulas mágicas extraídas de las entrañas del Libro de Thot.

El monarca, enojado por la conspiración, mandó quemar el polémico texto, además de ordenar la ejecución de cuarenta nobles y ocho damas involucradas en tan turbio asunto. Sin embargo, si lo que dice la estela Metternich es cierto, la historia anterior debería ser considerada como falsa.

Descubierta en 1828 y datada en el siglo IV antes de Cristo, narra por boca del mismísimo dios escriba, como él quemó su codiciado tesoro tras expulsar de la Tierra a Set, el señor de las tinieblas, y a siete caballeros del mal. Más tarde, en plena Edad Media son muchos los magos que afirmaron poseer el famoso libro, del cual extraían sus hechizos y sortilegios.

Entre los saberes que figuraban en este manuscrito, se encontraba la capacidad de comunicarse con los animales, e incluso las fórmulas necesarias para resucitar a los muertos. Muchos eran los objetos mágicos que podían crearse con dicho manual, entre ellos el fabuloso Ankh-en-maat, un espejo que reflejaba todo lo negativo y pernicioso de aquellos que se atreviesen a poner su rostro ante él. Otorgaba, además, la posibilidad de comprender el funcionamiento de la Tierra y las estrellas, así como el entendimiento de todo lo que podemos considerar como sobrenatural.

Hay papiros que nos hablan de la construccion del Ankh-en-maat:

Nefer-Ka-Ptah, hijo de faraones, era devoto adorador de sus dioses y tenía como maestro y guía a un antiguo sacerdote de la Gran Pirámide. Dicho sacerdote conocía la existencia del Libro de Thot y sabía también el lugar exacto donde lo había guardado Kaumás.

Pocos días antes de abandonar este mundo y sabiendo que su vida tocaba fin, el sacerdote llama a Nefer-Ka-Ptah y le pide que recupere el libro que se encuentra sumergido en el fondo del río Nilo, aunque en perfectas condiciones, pues estaba dentro de tres recipientes que encajaban perfectamente uno dentro del otro; el peso del “Portalibro de Thot” ascendía a varias toneladas.El cofre era permanentemente custodiado por escorpiones, serpientes venenosas y una serpiente inmortal cuya procedencia se decía era interplanetaria y había sido depositada allá por los “Eternos Custodios del Libro de Thot”.

Ante la imposibilidad de realizar él solo la tarea, Nefer-Ka-Ptah, se dirigió por ayuda a un sacerdote de Isis que era mago, y el que le proporcionó (según reza el papiro de donde fue extraída esta historia)un aparato para poder sacarlo del agua.

Se dirigió con el Libro de Thot al palacio y, una vez allí, abrió la primera página; un extraño destello que emanaba del libro hirió su visión, no obstante continuó leyendo; aprendió a través de sus enseñanzas el lenguaje oculto de los números; la forma de comunicarse con aquellos seres que habitan galaxias muy lejanas; métodos de clarividencia por medio del estado puro de la conciencia; la situación exacta de las entradas a los mundos dimensionales y a los mundos subterráneos; pero aprendió una ciencia que lo llevaría irremediablemente al fin de sus días por medio de la destrucción: a construir el espejo mágico que no devuelve la imagen del que se mira en él, sino las horrendas entidades que suelen dominar los pequeños y grandes actos de aquellos que no han adquirido unidad de conciencia. Desde aquel momento, Nefer-Ka-Ptah no pudo mirarse más en ningún espejo que no fuera ése, pues ningún otro reproducía su imagen. 

Enloqueció y una noche se quitó la vida. Cuando lo encontraron, su cabeza se encontraba apoyada sobre un extraño espejo que reproducía fielmente la imagen del faraón Nefer-Ka-Ptah; su mano derecha aprisionaba “el libro prohibido”

Es normal, por tanto, que fuese una obra muy codiciada. Con algo más de fiabilidad, durante el siglo XVIII sí parece que oculistas de reconocida fama llegaron a ver una parte de este libro.

Antoine Court de Gébelin
El escritor Antoine Court de Gébelin defendió haber tenido entre sus manos parte del texto egipcio original, y según su relato éste no era más que la descripción de los arcanos mayores del tarot. En el mismo siglo otro conocido experto en ciencias ocultas, Alliete, llegó incluso a publicar cuatro obras sobre el legado del dios escriba.

Ninguno pudo demostrar jamás tales hechos, aunque si es posible que el tarot formara parte del Libro de Thot. No en vano, estas cartas, como otros tantos artes adivinatorios representan en sí una cosmogonía. Así, según sean unos u otros los naipes que salgan en el juego, tendremos a favor o en contra determinadas fuerzas de la Naturaleza.

Desde el siglo XVIII hasta nuestros días, doscientos años de silencio. Si el conocimiento de este libro reposa en alguna biblioteca oculta, su dueño prefiere mantener sus secretos a buen recaudo.