jueves, 7 de noviembre de 2013

Para iniciar con esta historia debemos situarnos en el siglo XIV, por aquella época Europa se hallaba inmersa en una situación de tremenda devastación a consecuencia de la peste bubónica. En Venecia, la situación estaba peor, debido a sus condiciones geográficas, los habitantes quedaron atrapados, era un callejón sin salida. La situación era tan mala que alcanzó extremos; ya no había sitio dónde dejar los cadáveres, se apilaban como montañas de naipes; aún así no era suficiente y había que buscar una salida a la situación desesperada. Ante tal desastre humano las autoridades de la ciudad decidieron en consenso junto con el clero, que los cuerpos fuesen trasladados a la isla de Poveglia, ubicada en las cercanías del Lido: en las lagunas de Venecia.

Los cadáveres eran trasladados a la isla y en enormes fosas excavadas en la tierra eran incinerados. Algunas autoridades locales pronto decidieron utilizar la isla como una zona de cuarentena. Entonces las cosas comenzaron a coger un giro más oscuro en la isla, ya que las personas que tenían el más mínimo síntoma de la plaga fueron arrebatadas de sus familias y abandonadas en la isla de Poveglia. Se les dejaba morir solos y rodeados de miles de cadáveres. Entre el aumento de los cadáveres en Poveglia, siempre se podían escuchar unos cuantos gemidos de los que aún no habían muerto, esperando sufrir su horrible destino.

 Se cree que alrededor de 160.000 hombres, mujeres y niños fueron llevados a la isla. Es difícil imaginar el miedo y la angustia que estas víctimas de la terrible plaga debían haber sentido cuando morían.Se dice que la gran cantidad de cuerpos quemados formaron una “capa” de ceniza pegajosa en la parte superior de la tierra de la isla. Los pescadores evitaban la isla, debido al riesgo de encontrarse huesos humanos o partes de los cuerpos. La isla de Poveglia fue evitada durante muchos años después de la plaga.

Los años pasaron y la isla quedó sumida en el abandono total, hasta que en 1922 se edificó un hospital psiquiátrico con un impresionante campanario que puede verse en toda la isla y más allá. Los nuevos moradores de la institución, enfermos mentales y algunos psicópatas; hombres de toda guisa, no tardaron en percibir las presencias de "desencarnados espíritus descompuestos" que deambulaban por la recién creada residencia. Pero debido a su condición nadie les creyó, al contrario, el director de dicha institución se aprovechó de esto, según se dice, experimentaba con los desdichados pacientes aplicándoles las terapias y torturas más crueles que una mente enferma pueda llegar a imaginarse.





Pero, todo para bien o para mal tiene su fin, y el propio médico acabó viviendo en carne propia el acoso de las entidades fantasmales que infectaban el lugar. Una fría y oscura noche invernal, el doctor se precipitó al vacío desde lo alto de la torres del hospital. Algunos de los testigos que presenciaron el suceso vieron, incrédulos, como no murió al caer de semejante altura, y como se formaba una extraña neblina alrededor de su cuerpo que acabó por quitarle la vida. A raíz de este suceso el hospital fue clausurado pero naturalmente, las historias sobre aparecidos, voces de otros mundos y el repicar de las campanas, junto con la aparición de restos humanos calcinados en las aguas que circundan Poveglia no han cesado hasta nuestros días.

Durante un tiempo, el gobierno italiano fue el propietario de ésta isla, pero fue vendida más tarde. Una familia compró la isla -actualmente son los dueños de la misma- , y trató de construir en ella una casa de vacaciones, pero después de pasar la primera noche, se marcharon al día siguiente corriendo muy asustados y se negaron a comentar sobre lo sucedido. El único hecho que se supo fue que una de sus hijas sufrió un desgarro en la cara y requirió catorce puntos de sutura. Actualmente la familia solo utiliza Poveglia para plantar sus viñedos, pero solo por el día. Nadie más ha intentado vivir aquí. La isla se convirtió en una zona podrida. El suelo de la isla junto con los restos carbonizados de los cuerpos arrojados allí, ha desembocado en la creación de una gruesa capa de ceniza pegajosa. El núcleo de la isla es, literalmente, los restos humanos que ha dado a la isla una reputación detestable, aunque parece ser muy bueno para las vides que se plantan allí.

Está prohibida la entrada a Poveglia, pero como siempre, algunos valientes, hombres osados, han logrado despistar la poca seguridad que impide el acceso al lugar y han manifestado que el ambiente que reina en la isla es insoportable. Varios psíquicos han visitado la isla y el hospital abandonado, pero todos ellos han sentido allí un miedo a la muerte atroz que les impide el regreso.

Tan solo como curiosidad, para el que conozca el programa Buscadores de fantasmas. El tercer capítulo de su tercera temporada, estuvieron grabando en la isla, os dejo el enlace: Buscadores de fantasmas. Poveglia, La isla maldita