miércoles, 20 de noviembre de 2013

La mesa de Salomón

Toletvm
Desconocemos en un gran porcentaje lo que se oculta bajo el suelo de las ciudades emblemáticas de toda España. Toda la historia de las civilizaciones y todos sus misterios residen allí, bajo metros de profundidad donde el hombre a veces no puede ni sabe cómo llegar.

La mesa de Salomón, objeto simbólico y material de una importancia comparable a otros objetos trascendentales como el grial o el arca de la alianza. Se dice que "quien posea la mesa de salomón llegará a poseer el mundo". Los árabes lo encontraron en la capital del reino visigodo en los primeros días de la conquista musulmana.

Ajbar Machmua recoge una crónica anónima del S.XI  en la que se puede leer lo siguiente:

"Tárik llegó a Toledo, y dejando allí algunas tropas, continuó su marcha hasta Guadalajara, después se dirigió a la montaña, pasándola por el desfiladero que tomó su nombre, y llegó a una ciudad que hay a la otra parte del monte, llamada Almeida (la Mesa), nombre debido a la circunstancia de haberse encontrado en ella la Mesa de Salomón, hijo de David, cuyos bordes y pies, en número de 365, eran de esmeralda verde. Llegó después a la ciudad de Amaya, donde encontró alhajas y riquezas, y ... volvió a Toledo en el año 93" .

Cueva de Hercules
Multitud de historiadores y arqueólogos intentan encontrar el paradero de la mesa de Salomón, que según los escritos se encuentra sepultada en las cuevas de Hércules, bajo la catedral de Toledo.

El origen de la mesa está en Jerusalén, hasta el año 70. Se cuenta que la mesa de Salomón consistía en una tabla  donde el hijo de David, Salomón, escribió el nombre de Dios con el que se podría alcanzar el pleno conocimiento, y con él, el pleno poder. Construida de madera y decorada suntuosamente con esmeraldas y oro contiene el llamado "Shem Shemaforash" que con su sola pronunciación otorga a quien la pronuncia el poder de la creación, la palabra que Dios utilizó para crear el universo.

El nombre de Dios no estaba grabado directamente en la tabla, sino que estaba escrito en forma de acertijo o jeroglífico para poder descubrirlo sin tener que escribirlo.Jedidías reinó bajo el nombre de Salomón entre 938 y 971 a.C. siendo el tercer rey de Israel y sucesor de Saúl y David. Mandó erigir el mayor templo dedicado a Jehová, el Dios verdadero. Allí guardó y ocultó la mesa. Se cuenta que en aquel templo se guardaban multitud de objetos valiosísimos conectados directamente con el creador, que contaban que tenían predilección por el rey de Israel, Salomón, lo que llevó a este personaje histórico a ser considerado "padre" del conocimiento cabalístico.

A la muerte de Jedidías, Israel se dividió en dos y fue invadida por el reino babilonio y el templo fue saqueado. Sin embargo la mesa pudo salvarse por caprichos del destino.
Los sacerdotes del templo lo custodiaron hasta que el lugar fue destruído por los romanos en el año 70. Fue trasladada, junto con los demás objetos, al templo de Júpiter, el corazón de Roma.

Cuando Roma fue saqueada por los visigodos, la mesa fue transportada a Toulouse (Languedoc) y posteriormente a Toledo.

Aquí entra en juego la leyenda de que la mesa de Salomón está oculta en las cuevas de Hércules, lugar maldito llamado a ser el origen del fin del mundo, bajo la catedral de Toledo. Profetas antiguos explicaban que junto con el descubrimiento de las cuevas de nuevo vendría la destrucción total de la religión católica, el fin del Vaticano y su influencia en el mundo.

Cuando el rey Rodrigo, el último rey de los godos, irrumpió en las cuevas, rompiendo el candado que las cerraba, desató la maldición sobre su pueblo siendo conquistados posteriormente por los árabes y que duró siete siglos. La cueva no debe ser abierta ni visitada hasta que el día preescrito para que la cueva de hércules cumpliese su cometido original por el cual el rey Salomón fue comisionado a construirla.

En el año 1546, por mandato del cardenal de Toledo, Martínez Siliceo y sus acompañantes volvieron a entrar en la cueva y tras ver todo lo que se ocultaba allí murieron en el acto.
En la actualidad incluso el Vaticano busca afanosamente la cueva de Hércules para hallar la mesa de Salomón. Compitiendo en su búsqueda están sectas herméticas, incluso satánicas y sin dejar de mencionar y quitarle prestigio también la orden del temple que en las sombras ha sorbevivido todo este tiempo a la influencia del Vaticano.

Hay varias descripciones de la que puede ser la Mesa de Salomón:

  • En la Biblia se dice, que, como parte del mobiliario del Templo, el rey Salomón:
    Hizo fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al otro, perfectamente redondo; su altura era de cinco codos, y lo ceñía alrededor un cordón de treinta codos. Y rodeaban aquel mar por debajo de su borde alrededor unas bolas como calabazas, diez en cada codo, que ceñían el mar alrededor en dos filas, las cuales habían sido fundidas cuando el mar fue fundido. Y descansaba sobre doce bueyes; tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al sur, y tres miraban al oriente; sobre estos se apoyaba el mar, y las ancas de ellos estaban hacia la parte de adentro. El grueso del mar era de un palmo menor, y el borde era labrado como el borde de un cáliz o de flor de lis; y cabían en él dos mil batos.
    Libro de los Reyes, capítulo 7. Versísculos 23 a 26

  • Según el Ajbar Machmua, una crónica bereber del siglo XI, es una mesa «cuyos bordes y pies, en número de 365, eran de esmeralda verde».
  • Al-Macin asegura que estaba «compuesta por una mezcla de oro y de plata con tres cenefas de perlas».
  •  Según las órdenes de Yavhé a Moisés, él debería construir una mesa que debería estar hecha de madera de acacia y cubierta de oro puro, sin plata ni perlas,2 y sobre ella debería de colocarse el pan.

Mesa de Moisés
Haz una mesa de madera de acacia. La mesa debe medir noventa centímetros de largo, cuarenta y cuatro centímetros de ancho y sesenta y seis centímetros de alto. Recubre la mesa de oro puro y hazle un borde de oro alrededor. Luego hazle un marco de siete centímetros de ancho y ponle un ribete de oro. Haz también cuatro argollas de oro y colócalas en las cuatro esquinas de la mesa, sobre las cuatro patas. Pon las argollas cerca del marco, para sostener las varas que vas a usar para cargar la mesa. Usa madera de acacia para hacer las varas y recúbrelas de oro. Las varas son para cargar la mesa. Harás de oro puro los platos, cucharones, jarras y tazones. Las jarras y los tazones se usarán para servir las ofrendas. Colocarás en la mesa, permanentemente ante mí, el pan de la presencia.
    Éxodo, capítulo 25. Versículos 23 a 30.


  • Existe la teoría de que la Mesa de Salomón descrita por los musulmanes españoles era la Tabula Smaragdina, atribuida a Hermes Trismegisto:

    «Esta Mesa de Esmeraldas se ha dicho que era la Tabla-Mesa de Salomón. Su nombre recuerda la Tabla Esmeraldina del hermetismo alquimista, que da título a uno de los textos herméticos atribuido a Hermes y grabado en una tabla de esmeralda de una sola pieza

La Cueva de Hércules

Según la leyenda, Hércules edificó un palacio encantado cerca de Toledo, construido con jade y mármol, y ocultó en su interior las desgracias que amenazaban a España. Puso un candado en la puerta y ordenó que cada nuevo rey añadiera uno, ya que las amenazas se cumplirían el día en que uno de ellos fuera curioso y entrara. Don Rodrigo fue ese rey, y del palacio sólo queda la cueva que se supone oculta maravillosos tesoros. Según la leyenda, el rey visigodo abrió o rompió cada candado, llegó a una primera sala, que parecía un lugar de oración, avanzó y llegó a una segunda, supuestamente de ceremonias, llegó a una tercera que tenía un cofre, el rey lo hizo abrir: había un lienzo con dibujos de guerreros a caballo y espadas curvas, con una inscripción que dice "cuando ojos humanos vean este lienzo, estas criaturas dominarán la tierra santa" (supuestamente estos corresponderían a los musulmanes que invadieron el reino al año siguiente). Don Rodrigo no pasó a la cuarta sala, aunque se dice que vio el espejo o mesa de Salomón, porque había dos guardias de metal de varios metros de alto armados con mazos que se movían a la más mínima presencia que entrara en la sala.

En los últimos años, buscadores de tesoros investigan por las cuevas y subterráneos de Toledo, relanzando la teoría de la tabla frente a la de la mesa de las crónicas musulmanas, dando por hecho que el verdadero tesoro de los reyes visigodos nunca fue encontrado ni abandonó la capital.

Quizás algún día se encuentre este objeto místico y valiosísimo, quizás no exista y debamos entender el simbolismo que se esconde detrás de todas estas historias de objetos divinos en contacto directo con Dios, o quizás haya sido encontrada ya y se oculte su verdad a los ojos del mundo con cualquier fin imaginable.